con Gisella Bein, Annapaola Bardeloni, Marco Pejrolo, Giovanni Boni, Macarena Paz Pizarro,
Rafael Contreras, Mattia Mariani, Silvia Nati, Angelo Scarafiotti
música de Stomu Yamastha, Inti-Illimani, Victor Jara, Patricio Wang,
Sigur Ros, Violeta Parra
dirección de Renzo Sicco
En medio de la devastación, en su casa también despedazada a golpes de hacha, yace Neruda, muerto de cáncer, muerto de pena. Su muerte no alcanzaba, por ser Neruda hombre de gran sobrevivir, y los militares le han asesinado las cosas: han hecho astillas su cama feliz y su mesa feliz, han destripado su colchón y han quemado sus libros, han reventado sus lámparas y sus botellas de colores, sus vasijas, sus cuadros, sus caracoles. Al reloj de pared le han arrancado el péndulo y las agujas; y al retrato de una mujer le han clavado la bayoneta en un ojo.
De su casa arrasada, inundada de agua y barro, el poeta parte hacia el cementerio. Lo escolta un cortejo de amigos íntimos, que encabeza Matilde Urrutia. (Él le había dicho: Fue tan bello vivir cuando vivías.)
Cuadra tras cuadra, el cortejo crece. Desde todas las esquinas se suma gente, que se echa a caminar a pesar de los camiones militares erizados de ametralladoras y de los carabineros y soldados que van y vienen, en motocicletas y carros blindados, metiendo ruido, metiendo miedo. Detrás de alguna ventana, una mano saluda. En lo alto de algún balcón, ondula un pañuelo. Hoy hacen catorce días del cuartelazo, catorce días de callar y morir, y por primera vez se escucha la Internacional en Chile, la Internacional musitada, gemida, sollozada más que cantada hasta que el cortejo se hace procesión y la procesión se hace manifestación y el pueblo, que camina contra el miedo, rompe a cantar por las calles de Santiago a pleno pulmón, con voz entera, para acompañar como es debido a Neruda, el poeta, su poeta, en el viaje final.
Eduardo Galeano
Assemblea Teatro, nuevamente, elige recordar aquello de la historia verdadera que se trata de olvidar. El funeral de Neruda, rinde memoria a un poeta que, a través de la fuerza de la palabra ha salvado la dignidad de su pueblo y la suya propia, más allá de cada ultraje político y humano.
Teatro de testimonio por tanto, donde dramaturgicamente se entrecruzan pasado y presente en una instancia coral creada por nueve personajes que restituyen voz y cuerpo a una poesía centrada en la solidaridad humana, capaz de eclipsar toda barbarie.
Un coro que se evidencia también en la diversa proveniencia de los actores italianos ciertamente, así como también la presencia de Annapaola Bardeloni, italo-uruguaya, Rafael Contreras y Macarena Paz Pizarro, chilenos.
En escena pocos y esenciales elementos: algunos restos, símbolos de la rápida devastación de la casa de Neruda a manos de los militares de Pinochet, y el ataúd del Poeta, sobre el cual se sienta el intérprete del poeta mismo, narrador y comentador de los sucesos.
Del horror de la persecución, Assemblea Teatro hace resurgir la poesía: el ataúd se transforma en un territorio del que aparecen caracolas, vasos, botellas y objetos con los cuales Neruda amaba arreglar sus casas-barcos, metáfora del navegar a través de puertos de donde extraer nuevos y significativos versos para obsequiar a la humanidad.
El funeral del poeta reunió una enorme masa de personas que tenazmente desafiaron a los militares, alineados junto al cortejo.
La emoción creada por una palabra simple y absoluta, que canta a la libertad contra la opresión y así vence el terror de un pueblo privado de sus más elementales derechos.
El 6 de Diciembre El funeral de Neruda debutará simbólicamente en Santiago de Chile, en el ex centro de detención Villa Grimaldi, hoy Museo de la Memoria, para recordar el aniversario Nº 60 de la Declaración de los Derechos Humanos.
Continuando en la propia tradición de teatro político y de denuncia, Assemblea Teatro persiste en recalcar el significado ético de la cultura y de la poesía en el teatro.
Sobre las sugestiones de imágenes, palabra y canto, se yergue la voluntad de hacer justicia a quien por ella ha combatido.
Patrizia Mattioda
Hace diez años Assemblea Teatro realizó con el espectáculo “Fuochi” (Fuegos) su primera gira en Chile a la cual le siguieron diversas otras con los espectáculos “Dialoghi” (Diálogos), “Più di mille giovedì” (Más de mil Jueves), “Ironicamente” (Irónicamente), “Parole spezzate” (Carta abierta a Pinochet).
Del desierto de Atacama a la Patagonia austral hemos vagabundeado en aquél largo país en el extremo sur del mundo. Nos hemos cautivado con sus poetas y escritores y con algunos incluso nos hemos transformado en amigos e incluso en hermanos.
Pero inborrable en nuestra memoria ha permanecido la visita a la casa de Neruda en Isla Negra. Abrazados por un interminable océano caímos literalmente en aquél sueño arquitectónico, en aquella poesía hecha de habitaciones, de paredes, de ventanas y de mil objetos que el poeta hubo de recoger en una vida rica en experiencias, que lo llevó a los lugares más diversos del mundo durante el transcurso de la primera mitad del novecientos.
Una frase escrita a fuego sobre las maderas que estructuran el muro del acceso nos fulminó “He retornado de mis viajes. He navegado costruyendo la alegría”. Fue su declaración de vida para él y para los demás, y es una declaración que de algún modo sentimos nuestra y nos transformó, a pleno título, como legítimos habitantes de esta casa. Nunca, entonces, habríamos pensado que diez años después estaríamos de vuelta, cargados de alegría, también en Isla Negra, en la tumba de Pablo y Matilde, para narrar aquellos días de Chile, días duros que sin embargo, como todo desierto, guardaron bajo su suelo los brotes de una floración.
Bastaba el agua que con la democracia ha regresado.
Renzo Sicco